domingo, 25 de marzo de 2007

Degustación Italiana

Este pasado viernes, 9 de marzo de 2007 celebramos la degustación de vinos y comida italiana. Antes de proseguir quiero dejar establecido que Italia es el mayor productor de vinos del mundo, esto en cuanto a cantidad. Existen una enorme variedad de uvas de las cuales se producen muchos tipos de vino. Algunas de estas cepas son sólo cultivadas en este país. En el plano personal es poco el vino italiano que he degustado, esto relativamente hablando si lo comparo con España y Francia. Algunos factores influyen, destacándose la poca cantidad de vino disponible en masa, al contrario de otros países productores. Para conseguir buen vino italiano hay que ir a tiendas especializadas, no las consigue en el supermercado. Además, he tenido la mala suerte de que la mayoría del vino que he probado, con contadísimas excepciones, no dan la talla. Hay vino italiano muy bueno, de grandes ligas, pero están a precios estratósféricos, lo que limita su consumo. A lo mejor esté equivocado porqué no he comprado mucho vino italiano de precios accesibles, por eso puedo sonar un poco precipitado. Espero que el tiempo me haga pensar distinto.
Bueno, ahora a lo que nos toca; la degustación. Comenzé con un aperitivo ligero; camarones envueltos en jamón prossiuoto y queso mozzarella frito. Acompañamos este plato con un Bellini. Este trago es uno de Venecia, el cual consiste de la mezcla de prosseco, que es el vino espumante italiano, con melocotón. Es agradable en boca y muy refrescante. Si tiene duda que darle a su esposa, jeva, novia o amiga inclínese por esto, se irá a la segura y su bolsillo no sufrirá, vale $12.00 y lo consigue en el supermercado.

Primer plato. Raviolis de langosta en salsa pesto. Pio Cesare Piodilei, Chardonnay, Cosecha 2000, Piemonte. ($35.00)

Estos raviolis estaban delicados y deliciosos. La salsa Pesto fue el éxito de la noche. La preparé para utilizarla en este plato, pero esta gente la atacaron sin piedad luego de este curso, comiéndosela con pan. Esta salsa es hecha base de piñones, ajo, albahaca, queso parmesano y mucho aceite de oliva. En cuanto al vino a la vista se presenta amarillo tenue. En nariz es un poco vago abriendo a manzana verde y leve grosella. En boca es suave, terso, un poco debil con muestra glicérica en boca producto de su tiempo ya. Este vino ya dió lo que iba a dar hace un tiempo Sin pena ni gloria con baja relación precio-calidad.

Segundo plato; Sopa Minestrone. Ca’Di Pian, Barbera de Asti 2001 ($30.00)

La sopa minestrone la preparé incluyéndole pasta, habichuelas blancas y muchos vegetales. Quedó sustanciosa y buena. El vino fue un éxito, hecho de la uva Barbera. A la vista se presenta rojo cereza y profundo al centro. Amplia naríz a frutos negros y madera, fuerte. En boca es potente, llena con un amplio bouquet de matices. Vino grande, con agarre, porte y elegancia. Lo mejor que he probado de Italia hasta ahora. No lo debí haber maridado con la sopa, la ahogó por completo. Esto va con un “osso bucco” o cualquier otro plato de carnes rojas o guisos fuertes. Gran vino; 91 ptos.

Tercer plato; Foccacia de jamón prossiuoto. Bodegas Gaja, Renina, Brunello di Montalcino, 1996 ($86.00)

Aquí quise emular un plato parecido a uno de los más populares y consumidos que nos dió Italia; la pizza. Hay mil historias y formas de hacerla ya que la pizza es uno de los alimentos más consumidos del mundo. La foccacia es un pan rústico y típico en toda Italia. Casi siempre es de masa gruesa y tostada. Aquí utilizé este tipo de pan, le unté salsa de tomate, una lasca de jamón prossiuoto y vegetales. Lo acampañamos con un vino de las Bodegas Gaja. Angelo Gaja es uno de los mejores productores italianos y responsable de la elaboración de grandes vinos. Un buen Gaja se vende por bastante precio. Aquí tomamos uno de nombre Renina, un Brunello di Montalcino de la tradicional zona de Florencia. No hay duda, esto es un vino logrado. Es fino, con suavidad y bien terso. Pero ese es el problema, es un poco debil. Su elegancia sobresale, pero como que se queda en el arranque. Color rojo tenue, pero bastante cubierto aún. En naríz es un poco vago, pero abre a fino roble y cerezas. En boca es puro equilibrio, pero sin mucho agarre. Por su precio es de baja relación precio-calidad.

Cuarto plato; Pasta penne con setas y salchicha italiana en salsa Alfredo. Borgogno y Figli, Barolo, 1961. ($159.00 pero costó $59.00 en especial)

Soy un fanático empedernido de los embutidos, principalmente los italianos; la mortadella, el salame, el pepperoni y demás. Aqui elaboré un plato de pasta penne con salchicha italiana y setas en una salsa Alfredo. Quedó riquísimo. En cuanto al vino, son pocas las veces que uno tiene la oportunidad de descorchar una botella de 1961. Fue un riesgo que me tomé, ya que no había oído de esta bodega. Este vino está elaborado de la uva Nebbiolo de la región del Piemonte. Fue una agradable sorpresa, ver como despues de 46 años todavía le queda. Color rojo teja, aún vivo para tener tanto tiempo. Vaga naríz con un bouquet terciario tenue, el cual no pude descifrar, pero olía a algo. En boca es suave, pasa ligero y no acusa muchos matices, pero se puede beber. Lo disfrutamos mucho, fue un buen ejercicio.

Postre. Bizcocho de chocolate. Florus, Moscadello di Montalcino, 2004 ($21.00)

Mi fuerte no son los postres, así las cosas compré unos pedazos de bizococho de chocolate para terminar la velada. Lo acompañamos con un vino dulce de la uva moscatel, la cual fue una buena selección para cerrar. Vino que da aromas a frutas tropicales dulces, confitura y miel con buen paso por boca.
Para cerrar con broche de oro Llavona y Berdazco se fueron de Sambuca con granos de café y Chapu y yo de Chivas Royal Salute, más yo aparte me di un extra de Hennessy y a dormir; harto y feliz
Hasta la próxima.