domingo, 30 de marzo de 2008

“Cuando te das cuenta que estas dando vueltas en el mismo círculo y ves que las cosas no cambian, que todos se benefician menos tu, que todo recae en ti, es hora que salgas del mismo, por más cruel que pueda ser, prefiero ser sincero, y si vas a salir es a buscar paz, no guerra, y no soy hipócrita, porque jamás he dicho nada que no sienta”

A la carga de nuevo
Todo sube, nada baja. Entre tanto aumento de precios en todas las cosas, los vinos no se quedan atrás. Esto especialmente entre los vinos europeos. La escalada en los precios ha sido brutal. La caída del dolar ante el euro, el aumento en el precio del combustible (lo que torna la transportación más cara), la alta demanda por las botellas más prestigiosas y el maldito, molestoso y desgraciado IVU son los causantes de esto. Soy partidario de que a los vinos y demás bebidas alcohólicas no se les debe aplicar el IVU. Estos productos ya le pagan al Departamento de Hacienda un impuesto, el cual creo que es mucho mayor del 7% al entrar. Cuando supuestamente se “eliminó” el arbitrio general del 6.6%, esto no le aplicó a las bebidas alcoholicas, que siguieron, y siguen, gravadas por un arbitrio al entrar. Si le sumamos el IVU que uno paga al comprarlo como consumidor entonces el impuesto total puede estar cerca del 20%. Para darles un ejemplo una botella que hace un tiempo se compraba por $20.00, ahora ronda los $30.00. Si hablamos de un vino de alta gama, por ejemplo de $200.00, solamente en el puto IVU del mal nacido Alacrán serían $14.00. Espero que al Aníbal ir preso esto lo eliminarán.
Burdeos, Francia, la región más prestigiosa del mundo ya sacó sus vinos correspondientes al 2005. La cosecha de ese año ha sido catalogada como excepcional, produciendo vinos espectaculares. Esto ha provocado que la demanda sea altísima, y por ende, si eso mismo, los precios están en la estratósfera. Esto principalmente en los vinos de alta gama (los grandes y primeros clasificados). Recuerde que en esta región hay un sistema de clasificaciones de Premier Gran Cru, Gran Cru Classe etc… Solamente hay cinco primeros clasificados (Latour, Margaux, Haut Brion, Lafitte-Rothschild y Mouton Rothschild) más otras leyendas como el Cheval Blanc, el Yquem y el Petrus. Las añadas de estos vinos del 2005, si es que consiguen una botella, son para millonarios. El precio por botella de un Haut Brion blanco, empieza en $500.00 y los tintos en $1,000. El precio de un Petrus comienza en $5,000.00. ¿Cuál es la buena noticia? Que Burdeos produce mucho vino, y esos grandes clasificados son sólo una ínfima parte de la producción total. Así las cosas hay mucho vino excelente a precios módicos desde los $25.00. Todavía no he catado vinos de esta añada pero pronto lo haré.
Siguiendo con la cuestión económica, me he concentrado este año en tomar vinos económicos, encontrándome con grandes sorpresas y grandes fracasos. En la degustación española que realizamos nos fuímos con vinos excelentes, y les dije a mis socios que trajeran las botellas que quisieran pero que no pasaran como máximo de los $50.00. La muestra fue bien excelente, con botellas desde los $11.00 hasta un máximo de $45.00.
El Regreso de un pana.
Aníbal Báez, socio original del Club y mi pana en muchas catas estuvo fuera casí año y medio. Ya regresó y de bienvenida le dimos muerte a una botella magnum de un Torre Muga del 2001 en los Dos Mangoes entre chorizos al vino, alcapurrias y una pechuga de pollo rellena de plátanos maduros riquísima. Bienvenido!
Festival de Maríscos;
Este pasado sábado 29 de marzo celebramos la degustación de fin de la Cuaresma. Durante esta época los devotos católicos hacen la “penitencia” – si se le puede llamar así- de dejar de comer carne guisada, salchichas y “corned beef” de lata para “sacrificarse” comiéndo bacalao, que cuesta $14.00 la libra para arriba, langostas, camarones, chillo y demás maríscos. Así se sacrifica cualquiera, verdad? Ahh, amigos, si está comprando ese “bacalao” que venden en bolsitas a dos por cinco pesos, eso dista mucho de ser bacalao. Léalo bien, eso es filete de “Pollock”, el cual es una especie de pez, pero jamás es bacalao. Compre el genuíno, en pencas. Así las cosas tiene que soltar $$$ para comer bacalao. Aquí los platos y los vinos.
Primer Curso. Empanadillas de Carrucho y Caviar. Domaine Carneros Sparkling 2003, Napa Valley ($19.00/90 ptos).
Estas empanadillas las compro directamente en Puerto Real, cortesía de mi viejo, quien es mi proveedor de maríscos frescos. Saben divinas. Incluí una muestra de Caviar, ese manjar exclusivo del cual nunca he sido fanático. El Caviar es los huevos del pez Esturión. El Caviar del Esturión del Mar Caspio, entre Rusia e Iran es el más caro y vale cientos de dólares la onza. Este fue Caviar de esturión, pero de Francia, $55.00 una latita. Salado, terroso y fuerte. Lo como si me invitan, pero por mi se queda en las tiendas. Yo preferí las empanadillas de $9.00 la docena. En cuanto al vino hay que hacer un aparte. Este espumoso se ha convertido en mi favorito. Yo me he dado como seis botellas del mismo. No soy amante a los espumosos y Champagnes, pero este es perfecto. De buen precio, $19.00!!! tiene un cuerpo increíble, llena la boca con toques de manzana, levaduras y sabor agradable a tostado. Es de la Casa francesa Taittinger, quienes tienen una bodega en la apelación de Carneros en Napa Valley. Rayos, cuando fui a Napa pase dos veces por frente a esta bodega, la cual tiene un castillo impresionante y no la visité, cosa de la cual ahora me arrepiento. Lo consigue en el Horreo de V. Suarez.

Segundo Curso. Chicharrones de Dorado. Louis Jadot Puligny Montrachet 2002 ($56.00/86 ptos)
No hay duda, los mejores blancos del mundo son los de la Borgoña, en especial los de la Cote D’or. La apelación Montrachet, de esta área produce grandes ligas. Este vino tenía un color amarillo dorado translúcido, notas cítricas. En boca era suave. Como he probado otros Montrachet, a este le faltaba ese nervio, “frizz” y frescura de los otros. No obstante es un buen vino.

Tercer Curso. Filete de salmón y ensalada Cesar. Louis Latour Pommard 2005 ($48.00/85 ptos)
No soy muy amante del salmón, pero amo la textura de esta carne con la delicada cepa Pinot Noir. Este vino proviene de la región del Beaune en la Cote De Or en Borgoña. De color cereza concentrado emite tenues notas a cerezas y frambuesas. En boca pasa bien suave, sutil, con notas afrutadas.

Cuarto Curso: Crema de apio y bacalao. Jackes Prius Corton Charlemagne Gran Cru 2000 (93 ptos./$85.00)
En Cuaresma, en especial los viernes santos, se hace un plato de apio majado con bacalao que le llaman Boronía. El plato que hice aquí es una versión deconstruída de la misma, ya que es una sopa cremosa. El vino es un caballo de batalla, del cual con este ya es mi tercera botella, que probé por primera vez hace año y medio. Es la muestra inequívoca de la opulencia de la uva Chardonnay en la Borgona, en la poderosa y exclusiva apelación del Corton Charlemagne. Con ocho años encima, ha ido envejeciendo con gracia. Denso, graso sin empalagar tiene notas a “praline” (si, mantecado de praline), a esos bombones de butterscotch amarillos, una delicia.

Quinto Curso. Filete de mero en salsa de mantequilla con tostones. Louis Jadot Chassagne Montrachet 2005 ($58.00/87 ptos)
Este vino es de la casa Jadot, pero de un viñedo en específico; Morgeot y es Gran Cru (de gran calidad). He tenido la oportunidad de probar Chassagne Montrachets de este mismo año 2005 y son grandes ligas, increíbles. En cuanto a este vino el mismo es exquisito, no obstante hay que darle guarda. Su acidez está levantada y no ofende, se puede beber ahora, pero este bebe, cuando redondee esa acidez otorgará una joya. La buena noticia es que yo tengo una botella de este mismo vino, pero es del 2003, así que cuando le de muerte veré como está.
De postre nos fuímos con un cheesecake con “topping” de piña preparado gentilmente por la esposa del socio Llavona Padre, la cual le agradecemos. El vino fue un Chateau D’Yquem del 1994, pero eso merece una historia aparte.

Chateau D’Yquem; No hay referente!!
Hace poco leí un reportaje en la Revista de vinos Le Conossieur donde decia que habia que tener cuidado con el Chateau D’Yquem porque cambia la vida. Bueno, lo encontré exagerado pero la advertencia da una idea de lo impactante que es este vino. He tenido la dicha de probar ya tres botellas en menos de un año; una del 1993, la cual le di 99 puntos y otras dos del 1994, las cuales les di 95 puntos. Para una explicación clara de que es el Yquem, como se hace y porque vale una fortuna ($250.00 por botella para arriba) vaya a mi “post” del mes de junio. Para mi lo más increíble de este vino es que no puedes compararlo con nada que hayas probado. He probado otros Sauternes, del mismo método de elaboración, y no hay paralelo. Sumamente expresivo, punzante en naríz, luego de ser servido sigue abriendo en copa a esos olores a naranja amarga, miel, confitura. Uno se divierte oliéndolo. En boca sentir como resbala, aceitoso, dulzón. Yo no catalogo tomar Yquem como tomar vino, es realmente una experiencia hedonísta. No me cambia la vida, como dice el reportaje, pero me la alegra, y falta que me hace en estos dias.